colores, sabores, sonidos y deseos

2/9/08


A estas alturas no sé mucho qué escribir sobre el viaje… pero parece algo inevitable, me siento en deuda.

No me di el tiempo para enterarme de la historia y cultura de China, no quiero carrilearme con descripciones antropoliticopsicobiosociológicas… así es que solo colores, sabores, sonidos y deseos (el que quiera cosas objetivas, pinche aquí: lata sobre Beijing).


Los colores: Beijing es una ciudad que hace parecer a las demás como si estuvieran dentro de un televisor en blanco y negro. Beijing se ve todo el tiempo como se ve una ciudad cuando ha terminado una larga lluvia y sale el sol, pero en este caso no es la lluvia: de día brillan las flores y de noche te pican los ojos con el neón.


Los sabores: Lo mejor fue el desayuno con fideos y camarones. Igual es rara la comida china de China, menos mal que José Antonio no es un fan incondicional de la hamburguesa con papas fritas. La comida muy picante, el arroz desabrido, no existen chocolates chinos (solo mooncake, que es la supuesta delicia china y que ya algunos vieron podrirse en mi refrigerador hace unos años), las sopas pueden sorprenderte, no hay pan, las cabezas de cualquier cosa se comen con palitos y sin cara (sin tú poner cara, porque la cara del pescado es imposible ignorarla), la cerveza se hace con arroz, todo se fríe sin pudor y, a pesar de eso, los chinos son flacos con una naturalidad que destroza tu rechoncho espíritu.


Los sonidos: el chino suena como una canción y muchos chinos hablando, como un concierto de gatos. Solo aprendí a decir “hola” en chino, el resto de las palabras que creí haber aprendido solo fueron respondidas con ceños fruncidos. La verdad es que lo que más escuché fue la dulce voz de Candy (nuestra anfitriona china… todas las anfitrionas chinas se llamaban Candy, supongo que para evitarse la lata de deletrear su nombre) diciendo: “Bi eich pi grup… lets muv!”.

El ring ring de un timbre de bicicleta también fue un clásico. En Beijing hay mucha bicicleta, taxi bicicleta, bicicleta familiar, bicicleta indigente, sin casco y dentro de un paisaje muy blade runner (¿salen bicicletas en blade runner?)… o sea, los ciclistas son como sesenteros y las ciclovías y su cuidad como de un futuro que empieza a ser decadente.


Los deseos: en el aeropuerto quise comprarme un libro que me acercara a algo de la cultura oriental… lo más cercano que encontré fue un libro de Kawabata, que no es chino, pero para nosotros los latinos chino y japonés es como lo mismo (y no se me vengan a escandalizar). En ese libro, Kawabata describe incansablemente la belleza de los labios pequeños de las mujeres orientales… y me quedé pegada con eso. No pude dejar de mirar los labios de las chinas y, la verdad, es que son muy bonitos… y eso dio paso mi recién estrenado deseo: en mi próxima vida quiero ser china. Las chinas son realmente bellas: delgadas (aunque más que delgadas, delicadas), con la piel transparente, ojos atentos, dedos largos y delgados y, bueno, la boca como haciendo un puchero desconsolado.


Creo que me pasaron más cosas por dentro que por fuera en este corto e intenso viaje… alguien me comentó que había vuelto más egocéntrica y puede ser. Quizás sea porque caminé por el camino que solo podía pisar el emperador, quizás sea porque vi cómo ha crecido mi hijo… cómo he crecido en mi hijo y eso colmó mi ego.


7 comentarios:

Unknown dijo...

Cuando era niño había un juego bien estúpido que decía así:
mi mamá es china (halándose la piel entre la sien y el párpado hacia arriba)
mi papá japonés (lo mismo pero hacia abajo)
y yo...
nací al revés! (uno hacia arriba y el otro hacia abajo)

Tiempo después en la universidad vi algunos chinos y japoneses y recordaba el jueguito ese. Para mi siempre fueron lo mismo: se curaban rápido, en vez de sentarse preferían arrodillarse en el suelo, hablaban raro y todas sus frases terminaban en una vocal arrastrada. Los únicos capaces de reconocerlos, y que se indignaban cuando uno se refería al "chino ese", o al "chino c...", eran los imbéciles fanáticos del anime.

Uno era más amarillo que el otro eso si.

Saludos

yus dijo...

yo hago lo mismo, pero con mi gato: gato chino, gato japonés... no parece molestarle.

amarillos??? creo q mi tonalidad de invierno me hace mas amarilla q a los chinos... pq se dice q son amarillos?

me han preguntado (y me lo había preguntado yo misma) ¿Beijing o Pekin?

Aquí la respuesta pa los curiosos:

"Todos los hispanohablantes la conocemos como Pekin, pero en estos Juegos Olimpicos se maneja como Beijing, ¿cual es su verdadero nombre? ¿Por que la diferencia?

Pues bien, se puede ejemplificar con la capital de Inglaterra: Londres, que también es London, en inglés, y este ultimo sería el nombre original de la capital inglesa.

Pues algo parecido sucede con Beijing y Pekin. La diferencia aqui es el idioma, […] según la RAE, Pekin es la forma más correcta de llamar a esta ciudad en español. En la actualidad, la República Popular China utiliza exclusivamente la forma “Beijing”, correspondiente al sistema de transcripción oficial hanyu pinyin, en sus publicaciones en español.
Como conclusión, en el mundo hispanohablante el nombre oficial de la capital de China es Pekín, pero Beijing sería el nombre original en su idioma."

Nada dijo...

A mí me agrada más Pekín que Beijing.
Se agradece el reporte de lo que realmente interesa de Pekín, lo demás que lo cuente Solabarrieta.

Por esas sorpresas que nos da el destino, mi hija de 2 años es 1/4 china y realmente me cautiva la fisonomía de las chinas

salute

Anónimo dijo...

gracias por leer...seguiré pasando a chusmear...

lástima ke estás lejos como para acercarte este sábado al evento humo...
te pido el espacio prestado popr si a alguien le interesa la movida under...

Partuza Humo suburbano:

Lectura de poesia +
Galeria del terror+
musica+
comida bajon+
bebidas de alcol+
lo que quieras-

Fe de Erratas: Leonor no viene...

Lugar: LA CASA DE LOS GRITOS
enfrente de la estacion chilavert SAN MARTIN

Info de bondis y + en el blog humosuburbano.blogspot.com

Nada dijo...

Llegué aquí después de hacer una manda al Santo Prepucio...

La Gran Arcada dijo...

bueno, este realmente era amarillo. podría tratarse de hepatitis

ya tu sabes

Anónimo dijo...

Te leo y escucho tu música; me sería tan fácil enamorarme mas no tengo fuerzas para engrupirte. Por eso me emborracho y abandono.

Juan Vera, "El Cala"