entre pomaire y la plasticina Jovi

10/10/08


La vida no es de plasticina, sino de greda… quién podría dudarlo. La plasticina puede amasarse y modelarse infinitas veces. La greda, una vez que se seca, ya no tiene vuelta atrás, solo queda pulir, agregar una pieza, quebrar, esperar que se llene de polvo o, lisa y llanamente, tirar al suelo.

La vida es de greda. Vas amoldando a tu antojo hasta que de pronto, sin aviso, te das cuenta que no hay más tiempo para seguir amoldando: tu obra está irremediablemente concluida (sin querer queriendo o, en el mejor de los casos, queriendo).

Yo quisiera una vida de plasticina, amoldar y volver a amoldar sin importar el tiempo que ha pasado y lo secas que se vuelven todas las cosas. ¿De qué te sirve haber aprendido a modelar una mariposa si ya gastaste toda tu materia prima en una fea polilla?

El aprendizaje del alfarero siempre es tardío porque en lo que vivimos no hay espacio para el ensayo y error, menos para la producción en serie de chanchitos, floreros y fuentes. Nunca eres alfarero, sino siempre un aprendiz que cuando conoce la técnica para modelar cisnes, nunca más puede volver hacerlos… nunca tendrá su cisne maestro, solo ese cisne de cuello chueco y alas disparejas que fue su primer y último intento.

Podría tener su gracia nunca repetir el modelo: un día una mujer de brazos como macetero, otro día una alcancía… no sé, prefiero una vida de plasticina.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

y de dónde salió tan fatalita? Le informo que lo que conozco de su vida, me parece de lo más plasticina que hay... si quiere que ser plasticina, séalo no más; pero no vaya pensando por ahí, que ese es el deseo porque la realidad es otra cosa y bla, bla, bla... no se me ponga pajera mijita, ¿no ve que es de plasticina? ¿no le digo yo? nunca fue de greda!
ego dixit