potros, cachorritos, tiburones e idiotas

20/12/08


Malayo me inspira… pero me parece injusto. Creo que su clasificación (ver al final de la página de LUN que se abre) es precisa y efectiva, de hecho, creo que soy una cruza de perra y víbora, pero el género masculino no está lejos de algo similar.

Hay hombres potro, esos de exhibición. Esos hombres lindos, de mirada fiera y piel brillante… cabalgarlos hace innecesario cualquier escenario, sentimiento, palabra o artilugio para no caerse, porque caerte da igual. Los hombres potro no se dan cuenta cuando te botan y siguen cabalgando con otro jinete que les haga lucir mejor su melena.

Hay hombres cachorrito, de colita simpática y trucos infalibles. Te langüetean como si fueses el último loly pop sobre la tierra y son felices con una caricia en la cabeza y un poquito de Pedigree. Si se van es porque se perdieron al cruzar la calle… lo más probable es que ni te molestes en poner el cartelito “extraviamos a Bobby”.

Hay hombres tiburón… uf. No me he topado con uno de estos, pero creo reconocerlos por el gel en la aleta. Una vez que te arrancan la pierna, te muestran su triple sonrisa y van en busca de carne más fresca. No son como los potros que ni se dan cuenta, los tiburones gozan con agregarte a su lista de presas.

Y bueno, después están los idiotas. No hay animal en el mundo para clasificar a estos seres. No sabes muy bien a qué atenerte porque un día sí y otro no… un día canario y al otro ave migratoria, un día tortuga de tierra y al otro hiena salvaje, un día pavos reales y al otro avestruces. Los idiotas abundan, no quieren hacer daño, pero lo hacen… se dan cuenta que hacen daño, pero optan por cantar o morder o reírse o, en la mayoría de los casos, meter la cabeza debajo de la tierra.

Pero hay una cosa que los une: a unos más que a otros, a todos les gusta meter su pezuña, su hocico, su aleta o su falta de tino en una yegua, perra, escorpiona o víbora. Y es ahí donde pregunto a mis escasos y raros lectores: qué prefiere usted ¿meter su dedo en cualquier parte o que le metan cualquier cosa en su boca? ¿ah? Para mi la respuesta es obvia… si no hay más opción, prefiero meter mi dedo en la caca de un cerdo vietnamita (en la foto) antes que me metan caca de cerdo vietnamita en la boca ¿me explico? Al final, los potros la tienen más fácil que las yeguas y los cachorros, más fácil que las perras.

No, creo que no me explico… en fin.
Así no llegamos a ningún lado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que en esta lista animalística falta una categoría que, como miembro masculino de la especie, me parece la más común: el macabeo. No se me ocurre un animalito para representarlo.

G dijo...

pero
debo decir
en el fondo
los idiotas pueden ser los mas divertido, por lo que tu dices, su impredecibilidad (existe esa palabra? xD), su espontaneidad, etc etc

jajaja
yo no sé que soy.

Existiran los Buitres?? los que se alimentan de carne muerta? de todas formas ese no soy yo

Quiza yo sea una pizca de Potro, pero no creo, porque al final igual me importa; cahorro naah, no me gusta dar pena; tiburon menos.

De idiota tengo harto, pero no todo.

Supongo que no tengo identidad fija aqui,
pero soy un romantico
soy
creo
que al fin y al cabo
una quimera

G dijo...

ah si, casi lo olvido
gracias por pasar por nuestro Blog
y que bueno que te haya gustado lo que subimos

Si quieres pedir algo no lo dudes que yo lo subo para ti

nos vemos, me gusto tu blog

Andrés Orfali Plaza dijo...

un idiota
,
y punto.
.
muchas veces más idiota.

Su dijo...

Existen también los hombres gato. Abundan y he conocido más de uno. Los gatos viven en la contradicción de aceptar vivir como animal domesticado pero te buscan principalmente para obtener su alimento, nunca mueven la cola ni sacan su lengua, y más de una vez responden a las caricias con un rasguño.
Los castores son los desubicados, los que comen madera en vez de comida. Ellos suelen ocupar el espacio público: ¿algún representante? Ivan Moreira, George Bush… (se agradece agregar nominados)
Pero no todo es color de caca de cerdo vietnamita: existe una especie de ballenos jorobados. Ciertamente esta es una especie evolucionada; cuando la ballena hembra es fecundada suele haber como cinco ballenos intentándolo, siguiendo la sabia ley natural, que la cultura no ha sabido rescatar, llamada ‘competencia espermática’ que significa que el el embrión que se logra fecundar proviene del mejor espermio-postor. Me atrevo a proponer que los biólogos marinos también sesgados por los tabúes de la cultura, suelen describir que estas son determinaciones naturales; pero ¡no! es cosa de preguntar a las ballenas y podrán enterarse que ello ocurre simplemente porque las ballenas son golosas y saben elegir de lo mejorcito (por el bien de la especie, le llaman).
Otra interesante especie son ciertos monos (bueno, no estamos tan lejos ¿no?) que utilizan el sexo como vía de reconciliación entre dos machos o entre macho y hembra.
Creo que para poder ‘ir a algún lado’ hay que tomar el toro por las astas (éjale) y beneficiarse de los avances de la genética: tenemos que pedir nuestro propio ornitorrinco. El mío debe tener 0 gen de cachorrito, una proporción de 3 es a 1 entre potro y tiburón (no desmerezcamos al tiburón porque para mi gusto es el opuesto al cachorrito y bueno, la dentadura en la pierna a veces no está mal); una buena dosis de cisne de cuello negro por lo fieles que son y una bueeeeeena, BUENA dosis de balleno jorobado.